Ante el maremágnum de fórmulas de inicio, continuación y crecimiento en las leches infantiles, los expertos en pediatría se han reunido para hacer una actualización sobre cuál es la composición más óptima en leches adaptadas. Éstas han sido sus conclusiones.

Gracias a la tecnología se han incorporado a las fórmulas infantiles nutrientes esenciales identificados en la leche materna. Pero si hace 25 años, la investigación y composición en leches infantiles se basaba únicamente en los macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y lípidos), en la actualidad se da una importancia cada vez más relevante a la adición de micronutrientes a las fórmulas adaptadas, ya que éstos ayudan al desarrollo normal del cerebro y las defensas, entre otros.

La incorporación de estos micronutrientes ha revolucionado su composición. “Ha sido una evolución de años”, ha manifestado el doctor Jaime Dalmau, jefe de Sección de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, de Valencia, durante el simposio Nuevas formulaciones en leches, celebrado en el marco del 62 Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP) con la colaboración de Danone Baby Nutrition.

Lo último: ácidos grasos esenciales y prebióticos

De entre los micronutrientes identificados e incorporados a las leches infantiles destacan los ácidos grasos esenciales poliinsaturados de cadena larga, que apoyan el desarrollo del sistema inmunológico, mejoran el desarrollo neuronal y la agudeza visual. “Los LCPs se han incorporado en la última década a las formulaciones adaptadas, inspirándose cada vez más en la composición de la leche materna, aunque se ha visto que están más presentes en las mujeres que consumen una dieta rica en pescado”, ha señalado el doctor Dalmau. “Hay estudios que concluyen que los LCPs, debido a su efecto inmunomodulador, disminuyen el riesgo de alergias, de tal manera que se mejora la tolerancia alimentaria del bebé. Además, otros trabajos recientes demuestran que los lactantes menores de un año que toman una dosis adecuada de DHA (un omega 3) y de AA (un omega 6) obtienen mejores parámetros de desarrollo”, indica la doctora María José Martínez, de la Sección de Gastroenterología y Nutrición del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de Madrid. La doctora Martínez añade que “el desarrollo de la agudeza visual, importantísima también desde el punto de vista de la psicomotricidad, es más precoz en niños que toman una dosis adecuada de estos ácidos grasos”.

Otras sustancias identificadas en la leche materna y que la tecnología ha permitido añadir a las formulaciones han sido los prebióticos, importantes en la prevención de infecciones y alergias, ya que ayudan a la tolerancia de sustancias externas. “Cada vez se identifican más prebióticos (ya hay cerca de 200) en la leche materna y conforme avanza la tecnología se van descubriendo más, el reto es incorporarlos a las leches infantiles, especialmente a los que han demostrado eficacia”, ha añadido el especialista del Hospital Universitario La Fe. Además, los prebióticos y vitaminas A, C y D contribuyen a la prevención de infecciones en lactantes.

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El doctor Jaime Dalmau también ha destacado que la legislación también ha favorecido la mejora de las leches: “La legislación europea sobre leches infantiles surgió a principios de los 80 basada en unas recomendaciones del (ESPGAN) acerca de qué tenía que contener una leche infantil, fijando unos mínimos y unos máximos, que ha ayudado a homogeneizar las composiciones”. La ESPGAN y el Comité Científico de Alimentación de la Comisión Europea se encargan de recomendar y regular los contenidos de nutrientes que deben incluir estos preparados.

Fórmulas adaptadas

La lactancia materna es la alimentación ideal para el lactante hasta los 6 meses. Cuando no es posible o debe complementarse, debemos utilizar las fórmulas adaptadas para lactantes. Se denomina fórmula de inicio a la que se emplea para sustituir la alimentación del lactante hasta los 4-6 meses y fórmula de continuación, la que se emplea a partir de esa edad. Puesto que el organismo de los niños menores de un año no es capaz de metabolizar la cantidad de proteínas que contiene la leche de vaca común, es necesario modificarla para reducir el aporte de este nutriente. Esto es, en esencia, la leche 1: leche de vaca con menos proteínas y con otras modificaciones en las grasas, vitaminas, minerales, etc., para conseguir que se asemeje a la leche humana. La leche de continuación o leche 2 está destinada a los lactantes de más de cuatro o seis meses y cuenta con un contenido de proteínas más elevado que la leche 1.

Los hidratos de carbono aportan el 40-50% de la energía, y la lactosa, al igual que en la leche humana, debe ser el componente mayoritario. Las recomendaciones proteínicas son de 2,2 g/kg en los primeros 6 meses y de 1,6 g/kg en el segundo semestre. La relación seroproteínas/caseína será de 60/40 en los primeros 6 meses y de 20/80 en las fórmulas de continuación. Las recomendaciones grasas son de entre 4,4 y 6 g/100 kcal. La proporción de grasas será de un 40-55% en las fórmulas de inicio y de un 35-55% en las de continuación. La proporción entre ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados es muy importante.

Cuál es la mejor leche infantil

Modificaciones en las leches infantiles:

Leches infantiles y desarrollo cognitivo
El desarrollo del cerebro es excepcionalmente rápido durante el último trimestre del embarazo y los dos primeros años de vida, y depende fundamentalmente de la alimentación y el medio que rodea al bebé. Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga son los fosfolípidos fundamentales del sistema nervioso central y de las células fotorreceptoras de la retina, por lo que se considera que su inclusión en las fórmulas puede ser ventajosa, sobre todo para recién nacidos prematuros, pero también para recién nacidos a término.

Leches antirregurgitación
El éxito en la reproducción de los constituyentes más importantes de la leche materna en sus sustitutos se ha seguido de una fase en la que los esfuerzos se han concentrado en aspectos más sutiles o “funcionales” de su composición. Por ello, desde la primera directiva en 1991 de la Comisión de las Comunidades Europeas, en la que se definía la composición básica de las leches infantiles y de las leches de seguimiento, se han publicado sucesivas modificaciones, lo que ha permitido la inclusión de diversos componentes como resultado del mejor conocimiento de la composición química y nutricional de la leche humana.La inmadurez del tracto gastrointestinal es la causa más importante de la incomodidad gastrointestinal del lactante que se manifiesta en forma de problemas digestivos menores como son las regurgitaciones, los cólicos y la dificultad en la defecación. En la década pasada se han ido identificando una serie de componentes en la leche materna que protegen al intestino inmaduro del lactante de la colonización bacteriana y promueven una función intestinal normal, lo que da como resultado su bienestar. Además, algunos constituyentes de la leche materna, no incluidos hasta hace poco tiempo en las leches infantiles, se han relacionado con un desarrollo psicomotor más favorable en los niños lactados al pecho. Todo ello ha favorecido el desarrollo de una generación de leches con diversas modificaciones que son las que a continuación vamos a comentar.

El Comité de Nutrición de la ESPGHAN ha publicado, su posicionamiento frente a los productos lácteos antirreflujo y antirregurgitación, que indica que, hasta que se tenga una mejor información, las leches que contienen espesantes “sólo deben utilizarse en niños seleccionados, cuya ganancia ponderal se vea afectada por las pérdidas de nutrientes asociadas a las regurgitaciones, junto con un tratamiento médico adecuado y bajo supervisión”.

Leches antiestreñimiento
Con los recientes avances en tecnología de los lípidos, se puede actualmente sintetizar triglicéridos con palmitato en posición preferente β. Los estudios realizados con leches que contienen esta modificación de los triglicéridos han demostrado que las heces de estos niños presentan una dureza significativamente menor que las de los alimentados con leche infantil estándar, y que esto se corresponde con un menor contenido de jabones cálcicos.

Leches infantiles complementadas con nucleótidos
El efecto de la complementación de nucleótidos en las leches infantiles se ha estudiado, sobre todo, en los campos del desarrollo inmunológico y en la protección sobre las infecciones. Los niños alimentados con leche infantil fortificada en nucleótidos tienen una mayor respuesta de anticuerpos frente a la vacuna de Haemophilus influenzae tipo b y la difteria, y una menor frecuencia de episodios de diarrea infecciosa.

Leches infantiles con efecto bifidógeno
Los oligosacáridos de la leche materna desempeñan, entre otras funciones, un papel en la resistencia a la infección intestinal. Ésta la realiza de forma indirecta actuando como un prebiótico. La leche complementada con oligosacáridos da lugar a deposiciones más blandas de forma dependiente de la dosis. Con el mismo objetivo de conseguir una flora fecal similar a la de los niños amamantados se encuentra la complementación de las fórmulas infantiles con prebióticos, habitualmente cultivos de bifidobacterias o lactobacilos. En general, se considera que la introducción de prebióticos es una manera más natural de modificar la flora intestinal que la adición de prebióticos.

Leches infantiles con bajo contenido proteínico
El contenido proteínico total de la leche madura y el de las leches de inicio difieren considerablemente. Un nuevo procedimiento en el fraccionamiento del suero láctico ha permitido elaborar una leche de inicio con una concentración proteínica similar a la de la leche materna, con un predominio de la alfalactoalbúmina, rica en triptófano, y un perfil de aminoácidos mejorado.

Leches para prematuros
La leche materna complementada con minerales, vitaminas y energía es la mejor fuente nutricional para el recién nacido prematuro. Las fórmulas para prematuros son más calóricas que las fórmulas para niños a término. Las fórmulas para prematuros tienen un predominio de seroproteínas, parte de la lactosa de los carbohidratos está sustituida por polímeros de glucosa y las grasas contienen un porcentaje de triglicéridos de cadena media.

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