Cuando se acerca el Día Mundial del Agua, te contamos todos los beneficios que tiene para nuestra salud. El próximo domingo se celebra el Día Mundial del Agua, una efemérides que tiene su origen en 1992, en Río de Janeiro, cuando la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) recomendó su declaración.
Posteriormente, la Asamblea General de las Naciones Unidas respondió a dicha sugerencia designando el 22 de marzo de 1993 como el primer Día Mundial del Agua.
Pero ¿para qué y por qué un Día Mundial del Agua? Pues con él se quiere que aprendamos más sobre temas relacionados con el agua. A la vez también tiene como objetivo servir de inspiración para compartir los problemas relacionados con el agua y tomar medidas para cambiar la situación.
El Boticario en casa se une a este día, consciente de que el agua es el elemento más importante para la vida. Es un recurso crucial para la Humanidad, para todos los seres vivos que habitan este planeta. El agua hace de la Tierra un planeta habitable y fue el origen de la vida. Todos la necesitamos. Por tanto, ríos y lagos, aguas costeras, marítimas y subterráneas representan un patrimonio de un valor incalculable que todos debemos cuidar y proteger.
El agua en el ser humano
En esta ocasión, queremos poner el foco en la importancia del agua para nuestra salud, para nuestro bienestar. Y es que estamos hechos, sobre todo, de agua. En realidad, al nacer, un bebé tiene hasta un 80% de agua en su cuerpo; en las mujeres adultas el porcentaje es de entre un 55 y un 60%, y en los hombres adultos de un 60%. Pero, además, el agua no solo es un componente esencial de nuestro cuerpo, sino que también cumple importantes funciones en él, como las siguientes:
- Limpia los riñones de sustancias tóxicas.
- Regula la temperatura corporal.
- Transporta y distribuye los nutrientes esenciales para nuestras células, como los minerales, las vitaminas o la glucosa.
- Elimina las toxinas que producen nuestros órganos.
- Colabora en nuestro proceso digestivo.
- Actúa como lubricante de nuestras articulaciones.
Según los laboratorios Normon, “el agua es tan importante para nuestro cuerpo que una persona normal a una temperatura normal y con una vida relativamente sedentaria puede aguantar tan sólo entre 3 y 5 días sin beber”. Y añade: “Decimos tan sólo, porque el organismo de esa misma persona podría aguantar hasta un mes sin ingerir alimentos”. ¡Muy claro!
La deshidratación y sus consecuencias en nuestro organismo
La deshidratación se produce cuando nuestro balance hídrico es negativo, es decir, cuando perdemos más agua de la que ingerimos. Además, cuanta más agua pierde nuestro organismo, más graves son las consecuencias para nuestra salud. De tal forma que Normon diferencia tres situaciones:
Deshidratación leve: provocará sed, dolores de cabeza, debilidad, mareos, fatiga y también puede producir somnolencia.
Deshidratación moderada: se caracteriza por tener la boca seca, nuestro pulso aumenta, a nuestra piel le falta elasticidad, nos sentimos pesados y tenemos poco o ningún volumen de orina.
Deshidratación grave: en este caso es necesario acudir a un centro sanitario, ya que estaremos ante una emergencia médica. Se caracteriza por una sensación extrema de sed, una frecuencia respiratoria acelerada, una falta de volumen de orina, piel fría y húmeda, espasmos musculares, vómitos, alteración del estado mental, etcétera.
El laboratorio farmacéutico aconseja tener especial cuidado con la deshidratación en niños y mayores. Los niños tienen un sistema inmunitario en desarrollo y son más proclives a presentar, por ejemplo, diarrea o gastroenteritis, con su correspondiente pérdida de líquidos. Además, la sensación de sed no está aún desarrollada al 100%. En cuanto a las personas mayores, el riesgo de deshidratación se debe a que, a veces, no son conscientes de la importancia de beber líquidos.
En ambos casos, se recomienda beber en pequeñas cantidades, pero durante todo el día para mantenerse adecuadamente hidratados.
La hidratación y la salud
Por otra parte, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) han alertado recientemente sobre la importancia de mantener una buena hidratación, “más allá de las fechas estivales o del sobreesfuerzo físico, momentos en los que generalmente existe una mayor concienciación y una mayor sensación de sed producida por el propio organismo, aunque es cierto que en esos momentos es en los que se debe tener un mayor cuidado”.
Ambas instituciones explican que “estar bien hidratado es fundamental para mantener un buen estado de salud, ya que sin realizar actividad física alguna nuestro organismo pierde entre dos y tres litros de líquido al día”.
Además, añaden que “una buena hidratación no sólo influye en el cuerpo, sino también en la mente. Recientemente se ha observado que la deshidratación causa una contracción del tejido cerebral que se asocia a un aumento del volumen ventricular, llegando a afectar negativamente en la respuesta de nuestro cerebro a una actividad intelectual”.
En este sentido, apuntan que “procesos mentales como la memoria, el aprendizaje o la capacidad de atención pueden disminuir por la falta de líquidos, sobre todo cuando el cuerpo sufre pérdidas de más del 2%”.
La importancia de hidratar la piel
El agua es un elemento vital para nuestra piel. No hay que olvidar que el 90 % de la piel está compuesta por agua, por tanto, la hidratación diaria es también necesaria para tener y lucir una piel sana. Y es que independientemente de la edad, la estación o el tipo de piel, los dermatólogos recomiendan la hidratación corporal diaria.
No olvidemos que el primer síntoma del envejecimiento prematuro es una piel deshidratada.
La utilización de una crema hidratante corporal de manera habitual produce mayor resistencia y flexibilidad en la piel. Además, ayuda a evitar lesiones, alergias e irritaciones que provocan agentes externos, como el sol, el maquillaje o el propio clima.
¿El mejor momento para aplicar una crema hidratante en el cuerpo? Después de la ducha. La piel está tibia y los poros están más abiertos, por lo que la crema penetra mejor.
Lo mismo ocurre con la hidratación del rostro. La piel del rostro puede aparecer seca como consecuencia de factores como la menopausia, el clima o los cambios hormonales, pero también por una falta de hidratación o por no usar una buena crema hidratante, que debemos aplicar diariamente y teniendo siempre en cuenta el tipo de piel que tenemos.
