El verano es sinónimo de descanso, playa, sol y tiempo libre pero eso no debe ser excusa para dejar de hacer ejercicio físico y sí una invitación para que quien no acostumbra empiece a practicarlo. Pero ejercitarnos bajo el sol tiene sus riesgos. En general el ejercicio o deporte puede ser el mismo, pero reduciendo su intensidad y duración.

Deporte y verano

Es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones para evitar accidentes o riesgos completamente opuestos a los beneficios que podemos conseguir con la práctica deportiva:

1. La ropa deportiva del verano debe estar hecha de un material ligero y transpirable, que permita eliminar el calor generado con el ejercicio. Es recomendable que sea de colores claros. También es muy recomendable usar una gorra y gafas de sol.

2. Sin importar la temporada del año que sea siempre hay que calentar. Debe ser con ejercicios suaves, estiramientos y movimientos de las articulaciones.

3. Precaución con el sol. Para contrarrestar sus efectos negativos, es recomendable reducir el número de horas y la intensidad de la rutina de ejercicios. Se recomienda también evitar la exposición directa al sol y utilizar filtros solares (mínimo: 25 de factor de protección) y dar preferencia a los lugares que tengan sombra. Lo ideal es ejercitarse durante las primeras horas del día o las últimas, momento en el que las temperaturas son más bajas y los rayos ultravioleta menos dañinos para la piel y el organismo en general. Y por supuesto, es indispensable evitar el esfuerzo físico en las horas de más calor: no realices ejercicio entre las 12:00 y las 17:00.

4. El ejercicio físico implica un desgaste y un cansancio que sólo se puede compensar con el descanso adecuado. Evita hacer esfuerzos extra. Cuídate y duerme ocho horas diarias.

5. Hay que reponer los líquidos con regularidad durante la práctica deportiva. Procura estar bien hidratado antes de comenzar el ejercicio e hidratarte durante la práctica del mismo. Es el factor más importante, puesto que las elevadas temperaturas pueden provocarnos deshidratación y golpes de calor (cuando el organismo no puede regular su propia temperatura). No esperes a tener sed para beber agua. Lo ideal es tomar agua fresca (no helada) o zumos que te aportaran además hidratos de carbono, vitaminas y minerales y en el caso de ejercicios intensos podrías tomar bebidas isotónicas. Se aconseja evitar el abuso de bebidas con gas.
También, se recomienda refrescar el cuerpo con agua para ayudar a disminuir la temperatura corporal.

6. Para finalizar nuestra sesión de ejercicios debemos realizar estiramientos para, así, reducir el riesgo de lesiones, mejorar nuestra postura y atenuar el posible dolor muscular. Por otra parte, no hay que olvidar que cuando finalices el ejercicio debes rehidratarte de forma progresiva y es aconsejable reponer fuerzas, para ello es aconsejable tomar una pieza de fruta y si tu ejercicio ha sido de mucha intensidad, toma una dosis de proteínas como puede ser un yogur desnatado, un huevo duro o un poco de jamón york,…

Para tener un compromiso mayor con el deporte puedes quedar con un amigo para jugar un partido de tenis, por ejemplo. Una actividad de grupo es un aliciente añadido para todos aquellos que sienten cierta pereza para hacer deporte en verano.

Así que solo te queda ponerte las zapatillas, animarte a hacer eejercicio y disfrutar ¡feliz verano!

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