¿En cuantas ocasiones nos hemos querido acostar el 22 de diciembre y despertarnos el 7 de enero? No podemos negar que detrás de todos los maravillosos anuncios navideños y de toda la decoración urbana y doméstica que nos rodea en Navidad hay un considerable aumento de estados de tristeza y depresión.
¿Te ocurre a ti lo mismo? ¿En vez de alegrarte y predisponerte a disfrutar de buenos momentos con familia y amigos te inunda una terrible tristeza que te quita las ganas de hacer cualquier cosa?tristeza en navidad

Pues bien, si queremos evitar sufrir las Navidades como una condena, será mejor que identifiquemos las posibles causas de esta sensación de angustia, tristeza y desanimo y le pongamos remedio.

 

 

 

 

 

Entre las causas más frecuentes podemos encontrar:

  1. Un concepto idealizado de la realidad que nos produce frustración: la Navidad de las películas no tiene nada que ver con la realidad cotidiana. La publicidad, las películas y los reportajes que solemos ver nos crean unas falsas expectativas que en el día a día no se corresponden con la realidad.
  2. La obligación de tener que aparecer radiantes en reuniones familiares y laborales nos asfixia ya que puede que en este momento no estemos pasando por el mejor momento y el tener que aparentar esa felicidad nos hace que las diferencias sean aun más palpables.
  3. No hay por qué negarlo: estos días están acompañados en muchas ocasiones de algo de hipocresía ya que son muchas las personas que se preguntan que por qué solo es en esta época cuando se fomentan las “buenas acciones y el derrochar amor”.
  4. También ha razones físicas, ya que al haber menos horas de luz se causan en el organismo una ligera sensación de tristeza.
  5. Pero en la mayoría de las ocasiones esta depresión viene causada por la tristeza y la nostalgia ante lo perdido, tanto en el terreno económico (provocado por crisis económicas), como emocional por la perdida de nuestros seres queridos, que parece que en estos días se hace más palpable.

La buena noticia es que salvo en las ocasiones en las que estos síntomas se crucen con estados depresivos en toda regla, suelen ser estados de animo pasajeros que además podemos combatirlos.

¿Cómo podemos evitar estar tristes en Navidad? Pues probablemente siendo realistas con nuestro momento vital y no obligándonos a vivir vidas que no son la nuestra.

Conviene reflexionar sobre cuales son realmente los motivos y las situaciones de estas fiestas que nos entristecen para así poder identificar que problema puede haber detras de ellos.

Por supuesto, debemos recordar que el exceso de consumismo no nos va a hacer más felices, con “algo especial” suele ser suficiente para distinguir unos días de otros del año.

Lo importante no es agradar a los demás a costa de nuestra estabilidad, si no estar en paz con nosotros mismos para así poder ser felices durante todo el año y poder trasmitir amor y cariño de forma espontanea y natural.

 

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