Para perder peso, en cualquier momento de nuestra vida los dos elementos claves son la nutrición y el ejercicio físico. Sin embargo, cada edad tiene unas necesidades y es fundamental equilibrar correctamente ambos aspectos para no poner en peligro nuestra salud y obtener los resultados deseados.

La base a cualquier edad para conseguir este equilibrio es consumir los alimentos necesarios que nos aporten la energía que consumimos con el ejercicio físico.

Por esta razón, porque no hacemos el mismo ejercicio en cada etapa de la vida porque nuestro organismo no se recupera de la misma forma a cada edad, debemos ir ajustando nuestra alimentación a las necesidades de cada etapa.

Escolares y adolescentes

En la infancia y adolescencia, el principal problema para conseguir el peso adecuado es el sedentarismo. El uso de tecnología ha aumentado considerablemente en los últimos 10 años que hace perder muchas horas de juegos con actividad física.

La obesidad hay que tratarla desde la infancia ya que cuantos más años de evolución tenga dicha obesidad puede causar enfermedades crónicas de mayor gravedad.

Por todo esto es fundamental ayudar a los mas jovemnes  a incluir actividades deportivas en su retina. Concentrando entre el 20-25% de las calorías ingeridas por la mañana, ya que los horarios escolares concentran la mayor actividad física e intelectual por la mañana.

 

A los 20 años

En la década de los 20 como la percepción que tenemos de la salud es bueno, no nos cuidamos demasiado y mantenemos malos hábitos alimenticios: mucha comida basura, comida rápida con muchas calorías, grasas y azucares y pobre en nutrientes beneficiosos, lo que provoca obesidad en muchos casos.

A estas edades además no se suele practicar suficiente ejercicio: los estudios, la incorporación a la vida laboral, y el tener pareja suele distraernos y dejar en un segundo o inexistente lugar la practica continuada de ejercicio físico.

Entre los 20 y los 50 años la principal queja es que no tenemos tiempo para practicar ejercicio físico y cocinar de forma sana, pero esto no debe ser una excusa, se trata de salud, no sólo de belleza. Demos revisar el tiempo del que disponemos para hacer ejercicio y si además podemos practicarlo en compañía nos será más fácil conseguir la continuidad.

También debemos mantener una vida diaria activa: desplazamientos andando y menos en coche, bajarnos una parada antes o después de nuestro destino, subir mejor `por las escaleras que por el ascensor, etc.

La clave para perder peso es la continuidad y la progresión: conforme mejoremos nuestra forma física debemos aumentar la intensidad y duración del ejercicio. Jamás vamos a perder peso si mantenemos siempre la misma rutina.

No olvidemos que biológicamente el punto óptimo lo alcanzamos en los 25 años y a partir de los 30 comienza “un declive”.

 

A los 30 años

Cuando cumplimos 30 años comienzan algunos síntomas de envejecimiento como la aparición de las primeras arrugas o la caída del cabello, y es entonces cuando empezamos a preocuparnos por mantener un buen estado de salud, esto es lo positivo: que tomamos conciencia de que hay que cuidarse y por esta razón en esta década es cuando menos índice de obesidad encontramos.

A nivel nutricional es el momento de alejarnos de la comida rápida y la procesada, eligiendo productos naturales y recetas caseras. Debemos consumir más proteínas comiendo carne blanca sin grasa, leche, pescados azules y huevos.

A nivel físico, a los treinta comenzamos a perder masa muscular de manera suave por lo que debemos dar más importancia al ejercicio  físico cardiovascular, más que al deporte, y hacer ejercicios para fortalecer la musculatura.

 

A los 40 años

En esta década comienza a aparecer en la mayoría de las mujeres la menopausia y los problemas derivados del cambio hormonal. Así dependiendo del estado de cada mujer habrá que hacer algunos cambios nutricionales incorporando el calcio en la dieta. Las mujeres con osteopenia (densidad anormal en los huesos no tan baja como en la osteoporosis) suelen tener deficiencia de vitamina D3 y por ello no terminan de asimilar bien el calcio. Así que tendremos que suplementarla bien a través de algunos alimentos como tomando el sol (con precaución), para ello podemos hacer ejercicio al aire libre.

También es recomendable hacer ejercicios que fortalezcan los huesos como saltos, correr, pequeñas sentadillas con saltos.

A partir de esta edad hay que disminuir los ejercicios cardiovasculares ya que su exceso puede llevar a perder masa ósea y muscular, según algunos expertos. Sería recomendable tres días de ejercicio muscular y dos días de ejercicios cardiovasculares.

En el caso de los hombres a esta edad comienza la andropausia por la bajada de testosterona, por lo que se debe trabajar la fuerza muscular, destinando un 80% del ejercicio a trabajo muscular y el 20% a ejercicios cardiovasculares.

A nivel nutricional, tanto para mujeres como para hombres hay que aumentar un poco más el consumo de proteínas.

Sería recomendable en el desayuno tomar una tostada de pan integral con una tortilla mejor que hacerlo a base de hidratos de carbono. Por supuesto sin olvidar en nuestras comidas los carbohidratos integrales, frutas, verduras y carnes blancas.

 

A los 50 años

A esta edad cambia la cantidad de energía necesaria para mantener el funcionamiento del organismo, siendo necesaria menos energía. La composición corporal cambia y las necesidades metabólicas disminuyen por lo que hay que reducir la ingesta de calorías.

En los hombres es frecuente que se haya acumulado grasa visceral en el abdomen lo que implica un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. De todas formas, con una adecuada nutrición y el ejercicio físico adecuado esta grasa es la primera que se reduce.

En una gran cantidad de mujeres ya se ha comenzado a manifestar la osteoporosis por lo que es importante practicar ejercicios de fuerza y comenzar a hacer ejercicios de movilidad articular como estiramientos, yoga, pilates, etc.

 

A partir de los 60 o 65 años

A esta edad hay que reforzar el aporte de proteínas debiendo ser de 2gr por cada kilo de peso corporal y no dejar de hacer ejercicio ya que la pérdida de masa muscular se acelera.

Las mujeres además deben practicar ejercicios de equilibrio para evitar caídas y roturas de cadera o fémur.

En esta etapa el perder peso se dificulta por el aumento del sedentarismo que hay que evitar a toda costa y tener una buena base nutricional que nos aporte todos los nutrientes necesarios.

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