El otoño es la estación de la caída de la hoja y también la época en la que habitualmente el cabello cae de forma más llamativa. Que esta pérdida sea más evidente en otoño tiene que ver con el ciclo de nacimiento y crecimiento del pelo. En general, el pelo muere en primavera, aunque suele tardar tres meses en caerse.

En los últimos años, coincidiendo con el cambio climático, la muda se adelanta un poco a los meses de agosto-septiembre.

Este proceso tiene como objetivo renovar el cabello que se encuentra de reposo y caída (fase telógena) por un pelo nuevo fuerte y en continuo crecimiento (fase anágena). También las consecuencias del sol, el agua y el sudor en verano en el cuero cabelludo, que aceleran el crecimiento del cabello, hacen que más cabello llegue al final de su vida (fase telógena) en esta estación antesala del invierno.

Lo habitual es que se pierdan de 50 a 100 cabellos al día (caída fisiológica), pero en los cambios estacionales esta cifra se puede alterar, así que no hay que asustarse si vemos más pelos de la cuenta en la almohada o en la ducha en esta época. Volverán a nacer transcurridos unos meses (tardamos alrededor de cuatro años en renovar completamente la cabellera). No hay que olvidar que si un pelo muere es porque hay otro detrás empujando para nacer.

En cualquier caso, si existe una preocupación por la caída del cabello, hay que consultar a un dermatólogo, especialmente:

– si notamos que el cabello perdido no es reemplazado por nuevo cabello y que perdemos densidad.
-siempre que exista una caída abundante de pelo mantenida en el tiempo (teniendo en cuenta que, en condiciones normales, la caída es de 50-100 pelos al día y que las caídas estacionales duran de 2 a 3 meses).
-cuando que se note que el cabello se va afinando, que se va haciendo más débil, sobre todo si existen antecedentes familiares o cualquier otro signo asociado.
-siempre que haya pérdida de pelo en cualquier localización que no sea el cuero cabelludo: cejas, barba, axilar, púbico o corporal.
-siempre que se noten áreas con calvas y/o haya síntomas como picor, dolor, escamas o rojez asociados.

Para las caídas fisiológicas como la caída de pelo que ocurre en el otoño puede ser de gran ayuda vigilar nuestra dieta ya que la salud capilar se ve influenciada por ella en gran medida:

  • La dieta debe ser sana y equilibrada, es decir consumir todo tipo de alimentos que conlleven vitaminas y oligoelementos Frutas, verduras y legumbres son fuente de vitaminas de B y D, que fortalecen la estructura capilar consiguiendo una raíz más fuerte y, por tanto, con menos tendencia a la caída, a la vez nos protegen de la acción de los radicales libres.
  • También encontramos minerales como el azufre y el potasio que nos ayudan a la síntesis de queratina, principal compuesto de pelo y uñas; y el hierro, cuya falta provoca que el cabello se vuelva frágil y quebradizo.
  • Es importante consumir productos que tengan hierro, como las espinacas, lentejas o carne roja, que ayudarán a oxigenar el cuero cabelludo y la pigmentación del pelo; así como los mariscos, ya que tienen cobre, un componente fundamental para la síntesis de la melanina del pelo.
  • Introducir frutos secos en la dieta también es clave, principalmente piñones, nueces y almendras, y se aconseja consumir semillas de mijo, chía y algas para nutrir en profundidad el cabello.
  • Otros alimentos básicos son las carnes y los pescados, que son ricas en zinc, un componente imprescindible para el crecimiento del cabello, y en azufre, que ayuda a fortalecer el pelo débil y quebradizo. También se recomienda consumir chocolate, albahaca y aceite de oliva, tres alimentos antioxidantes para preservar la salud capilar.
  • Los ácidos grasos omega 3, presentes en el pescado azul y frutos secos como las nueces, hidratan el cabello y le proporcionan flexibilidad y brillo.
  • Por otra parte, no fumar y no abusar del alcohol también puede ser de ayuda.

Además, debemos tener paciencia, ya que como apuntamos antes, se necesita un periodo de tiempo aproximado de dos- tres meses para completar todo el ciclo capilar.cabello otono

Consejos que te pueden ayudar: 

  1. Uno de los productos que se suele utilizar para frenar este problema es el champú anticaída. Se recomienda comprar un producto en la farmacia y parafarmacia que esté formulado con PH neutro y que aporte los nutrientes necesarios para potenciar el crecimiento del cabello, y eliminar el exceso de caspa o de grasa que pueden acentuar el problema.
  2. Desde hace unos años existe la creencia de que el champú de caballo es un gran aliado para frenar esta caída y recuperar la salud capilar pero no es así. Es más, estamos hablando de un jabón normal y corriente que no es apto para las personas porque está indicado para tratar el pelo de un animal que es completamente diferente al cabello del ser humano.
  3. Lavar el cabello a menudo no favorece su caída, siempre que se realice teniendo en cuenta la secreción de grasa capilar (excesiva), los hábitos de la persona y el entorno laboral. Lo que sí afecta realmente a la salud capilar son los secados prolongados muy calientes, las permanentes y el uso habitual de las planchas y tenacillas.
  4. En contra de lo que hemos escuchado en muchas ocasiones, el pelo no se cae más por los peinados tirantes.
  5. Ademas, en el caso de personas con el pelo largo, tampoco hemos de olvidar que el cabello largo se ve más cuando se cae y nos puede dar una impresión errónea sobre la gravedad del problema.
  6. En cuanto a los complementos vitamínicos, solo son útiles cuando existe un déficit de vitaminas, por lo que habitualmente no sirven para nada en este caso.

Asi que ya sabes, la caída del cabello dentro de unos margenes razonables es normal, solo tienes que mantenerlo hidratado y sano y llevar una vida saludable para evitar caídas excesivas por mala alimentación, hábitos poco saludables y estrés.

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