El protector solar debería ser nuestro mejor aliado y resulta fundamental aplicarlo diariamente para llevar una vida saludable ya que:

  • disminuye los riesgos de cáncer de piel,
  • retrasa los signos de envejecimiento prematuro y
  • previene manchas y arrugas.

Existen una gran variedad de productos solares pero,

¿cuál es el indicado para cada tipo de piel?

Protectores solares | El Boticario en casa

Actualmente se recomienda el uso de factores de protección mayor a 15 en el cuerpo y mayor a 30 en el rostro.

El número de factor indica la cantidad de tiempo que una persona (en condiciones ideales) puede estar expuesta al sol sin ponerse colorada (eritema), ya que ese es el signo primario de daño solar.

Por ejemplo, si una persona se pone colorada (se quema) al estar 15 minutos al sol sin protector solar, tardará aproximadamente 30 veces más si tiene un protector solar SPF 30 (aproximadamente cinco horas).

Además es necesario leer atentamente los envases, donde debe estar especificado de qué tipo de rayos protege el producto (rayos UVB y/o rayos UVA)


Aquellos que son resistentes al agua permanecen en la piel hasta después de un baño de 40 minutos y protegen del sudor al realizar actividades físicas bajo el sol.

Además es importante asegurarse de que el protector elegido no contenga ácido paraminobenzoico, un filtro químico que solía usarse para frenar la acción de los rayos UVB, que puede sensibilizar la piel y provocar alergias.

La efectividad del protector depende también de su correcto uso, por lo que al aplicarlo no debemos olvidar las zonas más sensibles de nuestro cuerpo, prestando especial atención a:

  • la cara,
  • orejas,
  • nuca,
  • escote,
  • zona lumbar,
  • clavículas,
  • empeine y
  • hombros.

La piel del resto del cuerpo, en cambio, es un poco más gruesa y sufre la acción del sol en menor medida, pero tampoco se puede desproteger.

No olvidemos que el protector solar debe colocarse media hora antes de la exposición solar, en cantidad suficiente como para dejar una película visible sobre la piel (no hay que dispersarlo) y repetir cada dos horas.

Además,

“entre las 11 y las 16 horas debemos evitar las actividades al sol”

Por último, es muy recomendable hacer una visita al dermatólogo para averiguar qué tipo de protección necesita cada uno según su tipo de piel y qué cantidad de tiempo se puede exponer al sol sin que resulte peligroso.

Pin It on Pinterest

Diseñado y desarrollado por Agencia de diseño web en Cádiz dev2bit