Desde luego tenemos que partir de la base de que un botiquín tanto para adulto como para niños tiene que estar adaptado a la salud de cada persona y es algo que debe decidirse individualmente ente aconsejado siempre por su medico y farmacéutico. Sin embargo existen generalidades que no deben faltar nunca.
Y son precisamente esas generalidades las que vamos a repasar hoy, ya que en muchas ocasiones por ser precisamente muy obvias se nos pueden olvidar.
Comencemos con el repaso:
- En primer lugar elige como formato para el envase del mismo uno que sea resistente, ligero y que incluya algún protector térmico, para que lo proteja del calor.
- En cuanto a la documentación que debe llevarse siempre de viaje hay que incluir la tarjeta sanitaria, la cartilla de vacunaciones, el teléfono del pediatra y del centro de salud o médicos cercano a la zona de veraneo.
- Para atender los pequeños accidentes : algodón, esparadrapo, tiritas, vendas, gasas, apósitos estériles y solución antiséptica (agua oxigenada, o clorhexidina). Tijeras, pinzas, termómetro, guantes desechables y alcohol para limpiar el instrumental.
- Para los pequeños trastornos conviene incluir:
- Para los casos de diarrea o vómitos, solución oral de rehidratación.
- Contra las picaduras de insectos, repelente de insectos, solución analgésica de amoniaco y crema antiinflamatoria.
- Protección solar para cara, cuerpo y labios específica para niños y bebés, y emulsión para después del sol.
- Contra la fiebre y pequeños resfriados: el antipirético recetado por su médico.
- Para evitar los mareos durante el viaje: pastillas, jarabe o chicles antimareo.
- Y para la higiene nasal y ocular: agua de mar esterilizada y suero fisiológico.
Insistir, como decíamos al comienzo del artículo que siempre es el médico quien debe prescribir y supervisar el botiquín a utilizar.
Y tú ¿qué sueles incluir en el botiquín para tus hijos?