En verano nos toca disfrutar de más tiempo libre, viajar, y vivir aventuras para las que durante el año no tenemos tiempo. Sea cual sea la actividad que vayamos a hacer es imprescindible que tengamos con nosotros un completo y a la vez ligero botiquín.
Este nos evitará incomodidades y sustos, aunque claro habrá que adaptarlo a cada actividad o zona geográfica concreta en la que vayamos a estar.
Te dejamos estos consejos para que prepares tu botiquín fácilmente:
- En primer lugar debemos pensar que actividad vamos a realizar y que riesgos y posibles lesiones pueda implicar, en función de esta información tendremos que añadir todo lo necesario.
- Hora del día en la que vamos a practicar principalmente las actividades: de ello dependerá incluir más o menos protección solar.
- Destino: cada zona geográfica tiene una serie de enfermedades asociadas, infórmate en la agencia o en los servicios de salud para que no te falte ninguna vacuna antes de ir e incorpora toda la medicación que te recomienden. Aunque sea en un pais sin riesgos de enfermedades contagiosas a veces el estar cerca del mar o lagos o estar en montaña hará que necesitemos más una medicación u otra.
- Medicación habitual: tanto si tomas de forma crónica algún medicamento o si utilizas algún analgésico concreto de forma habitual debes incorporar a tu botiquín más cantidad de la que vayas a necesitar. Piensa que lo puedes perder y que dependiendo de donde vayas a estar no siempre es fácil encontrarlos.
- Viajar con niños: cuando viaje¡amos con niños o personas mayores tenemos que prestar especial atención a sus necesidades, ya que son distintas a las de la edad adulta.
De forma general debes incluir siempre en el botiquín de viaje:
- Material de curas: apósitos, apositos para rozaduras, tijeras, esparadrapo, antiséptico, vendas elásticas, y sobre todo asegúrate antes de salir que sabes cómo utilizarlos.
- Antimosquitos y calmantes de picaduras: los mosquitos dan tanta lata y a veces son portadores de numerosas enfermedades. No olvides calmantes para el picor, te lo harán más llevadero.
- Antidiarreicos y laxantes: los extremos nunca son buenos. Los cambios de horarios, el tipo de comida la higiene y la conservación de los alimentos en verano nos pueden provocar trastornos intestinales con frecuencia.
- Antiácidos: es frecuente que en vacaciones comamos más de la cuenta y que nos siempre los alimentos sean los que mejor nos sientan. Es tiempo de darse caprichos, así un antiácido te evitará padecer ardores y malestar de estómago.
- Termómetro: no ocupa lugar y es fundamental ante cualquier malestar conocer con certeza la temperatura corporal.
- Debemos incorporar la medicación que habitualmente tomemos contra el dolor y la fiebre.
- Polvos de talco: además de ser muy eficaces contra las manchas te evitaran rozaduras en pliegues y si vas a andar mucho también te pueden echar una mano.
- Si eres alérgico no te olvides de los antiestamínicos, porque aunque no sea época de polen ya sabemos que en verano pueden producirse situaciones que nos empeoren a causa de ácaros y polvo.
- Protección solar e hidratantes para la piel: fundamentales.
- Si eres de los que te mareas viajando no olvides medicación contra el mareo, te alegrarás.
Y si viajas con mascotas, consulta con tu veterinario ya que ellos también pueden necesitar alguna medicación o cuidados concretos.