En verano nos toca disfrutar de más tiempo libre, viajar, y vivir aventuras para las que durante el año no tenemos tiempo. Sea cual sea la actividad que vayamos a hacer es imprescindible que tengamos con nosotros un completo y a la vez ligero botiquín.

Este nos evitará incomodidades y sustos, aunque claro habrá que adaptarlo a cada actividad o zona geográfica concreta en la que vayamos a estar.

Te dejamos estos consejos para que prepares tu botiquín fácilmente:

  1. En primer lugar debemos pensar que actividad vamos a realizar y que riesgos y posibles lesiones pueda implicar, en función de esta información tendremos que añadir todo lo necesario.
  2. Hora del día en la que vamos a practicar principalmente las actividades: de ello dependerá incluir más o menos protección solar.
  3. Destino: cada zona geográfica tiene una serie de enfermedades asociadas, infórmate en la agencia o en los servicios de salud para que no te falte ninguna vacuna antes de ir e incorpora toda la medicación que te recomienden. Aunque sea en un pais sin riesgos de enfermedades contagiosas a veces el estar cerca del mar o lagos o estar en montaña hará que necesitemos más una medicación u otra.
  4. Medicación habitual: tanto si tomas de forma crónica algún medicamento o si utilizas algún analgésico concreto de forma habitual debes incorporar a tu botiquín más cantidad de la que vayas a necesitar. Piensa que lo puedes perder y que dependiendo de donde vayas a estar no siempre es fácil encontrarlos.
  5. Viajar con niños: cuando viaje¡amos con niños o personas mayores tenemos que prestar especial atención a sus necesidades, ya que son distintas a las de la edad adulta.

De forma general debes incluir siempre en el botiquín de viaje:

  1. Material de curasapósitos, apositos para rozaduras, tijeras, esparadrapo, antiséptico, vendas elásticas, y sobre todo asegúrate antes de salir que sabes cómo utilizarlos.
  2. Antimosquitos y calmantes de picaduras: los mosquitos dan tanta lata y a veces son portadores de numerosas enfermedades. No olvides calmantes para el picor, te lo harán más llevadero.
  3. Antidiarreicos y laxantes: los extremos nunca son buenos. Los cambios de horarios, el tipo de comida la higiene y la conservación de los alimentos en verano nos pueden provocar trastornos intestinales con frecuencia.
  4. Antiácidos: es frecuente que en vacaciones comamos más de la cuenta y que nos siempre los alimentos sean los que mejor nos sientan. Es tiempo de darse caprichos, así un antiácido te evitará padecer ardores y malestar de estómago.
  5. Termómetro: no ocupa lugar y es fundamental ante cualquier malestar conocer con certeza la temperatura corporal.
  6.  Debemos incorporar la medicación que habitualmente tomemos contra el dolor y la fiebre.
  7. Polvos de talco: además de ser muy eficaces contra las manchas te evitaran rozaduras en pliegues y si vas a andar mucho también te pueden echar una mano.
  8. Si eres alérgico no te olvides de los antiestamínicos, porque aunque no sea época de polen ya sabemos que en verano pueden producirse situaciones que nos empeoren a causa de ácaros y polvo.
  9. Protección solar e hidratantes para la piel: fundamentales.
  10.  Si eres de los que te mareas viajando no olvides medicación contra el mareo, te alegrarás.

Y si viajas con mascotas, consulta con tu veterinario ya que ellos también pueden necesitar alguna medicación o cuidados concretos.

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